Hace algunos días asistí a una
ponencia en la que participaban los directores de riesgos de las principales
entidades financieras españolas (Popular, Sabadell, CaixaBank, Santander, BBVA
y Bankia). Por su papel relevante en los aspectos relacionados con la
disponibilidad de crédito era del máximo interés oír lo que nos tenían que
decir.
(La imagen es de TICPymes.es)
La pregunta con la que el
profesor de Control y Dirección Financiera de esade-Jordi Fabregat- abrió el
debate levantaba expectativas. ¿Porqué no hay crédito?. Tras la primera ronda
de intervenciones de los ponentes, la respuesta resultaba un tanto
decepcionante. Estos situaron en el lado de la demanda gran parte de los
problemas en el volumen de créditos concedidos, cosa que al menos
cualitativamente no concuerda con la percepción general de la opinión pública.
Sin embargo, en intervenciones posteriores
se fueron añadiendo matices, que como en una peli de final abierto, suscitaba respecto
a la pregunta en cuestión, conclusiones dispares en los que asistimos. La mía
fue que tanto en la oferta como en la demanda existe una clara contracción de
volumen, pero que además se produce un desajuste en las condiciones
oferta-demanda (precios y niveles de riesgo) que reduce los volúmenes de
operaciones suscritas aún por debajo del volumen potencial.
Ambos factores combinados 1)
Reducción de volumen potencial tanto en oferta como demanda y 2) Desajuste en
las condiciones de cruce oferta-demanda, son a mi entender la causa.
Por el lado de la demanda, la
baja actividad económica hace que las empresas estén más por explorar cual es
el suelo de sus niveles de ventas (y por tanto de reducir sus costes) que
plantearse nuevas inversiones, lo que afecta al volumen de demanda de
financiación a medio-largo plazo. Mientras, la financiación a corto (especialmente circulantes)
se ve afectada por el desajuste en el cruce riesgo-precio. El riesgo sistémico
provocado por la caída de la actividad económica en general, elevan los precios
a los que las entidades están dispuestas a conceder línea de crédito.
Por el lado de la oferta, la
situación del propio sector financiero reduce el volumen potencial al
encarecerse el coste estructural del crédito, es decir, cada vez estas
necesitan más capital (por los aspectos regulatorios) y además este capital
tiene un coste mayor, repercutiendo directamente en los precios, a los que hay
que incorporar las primas por el incremento del riesgo sistémico.
Las soluciones pueden y deben
venir en ambas componentes. La reducción del riesgo país y la relajación de la
prima de riesgo y en general la propia financiación de las EF’s deberían
permitir mejorar los costes estructurales y trasladar dichas mejoras al mercado.
Igualmente la supervisión única europea debería ser positiva para nuestras
entidades ya que partirían de una mejor situación competitiva (o bien se
reducen las exigencias de capital a nuestras EF’s o se incrementan las de nuestros
competidores europeos).
Por el lado de la demanda, tanto
los estímulos a la economía como la financiación alternativa como los fondos
europeos o las líneas ICO (que no están sujetas a los mismos costes
estructurales) deberían poner en valor el supuesto y renovado potencial de
crecimiento de nuestra economía.
Al menos, los aspectos
esenciales: Estímulos a la economía, financiación y supervisión única, son los
temas en los que nuestros representantes políticos parecen haber acordado una
posición única para defender en Europa.