En el anterior post comentaba la importancia que para una
empresa debería tener disponer de mecanismos de adaptación al entorno,
especialmente en aquellas que se encuentran en sus inicios o que tratan de
desarrollar actividades que ofrezcan cierto potencial de crecimiento.
De las tres competencias citadas en el modelo (Captabilidad,
flexibilidad y agilidad) me centraré en la primera y en un contexto de
diagnosis, bien sea de una empresa o de una unidad de negocio en particular,
exponiendo algunas prácticas que han sido de gran utilidad en varios casos
prácticos de estudio.
Terreno natural de la consultoría de estrategia y la
consultoría de negocio, el volumen de métodos, procedimientos, herramientas y
esquemas que existe es apabullante. Sin embargo desde mi punto de vista son
herramientas útiles, sobre todo, para comunicar haciendo partícipes a los
receptores del estudio y como hilo conductor del proceso de análisis.
Proponemos, como punto de partida un enfoque concreto y
práctico que consiste en la revisión simultanea de tres aspectos: 1) La
estrategia declarada, 2) Las operaciones existentes y 3) Las cuentas (Balance,
Cuenta de resultados y estados de tesorería), es decir, 1) Lo que la
empresa/unidad se ha propuesto, 2) Como está haciéndolo en este momento y 3) Como
le esta yendo y que recursos está invirtiendo en ello.
El análisis conjunto de estos tres ámbitos proporciona,
desde un inicio, hilos de interés y aspectos sobre los puntos a profundizar,
orientando el diagnóstico de forma eficaz y eficiente. Este método ha
funcionado muy bien en casos de estudio reales en los que he participado. He
visto, por contra, muchos procesos de análisis y diagnóstico de incontables e
interminables reuniones y revisión de montañas de información que finalmente no
han conseguido el objetivo final, es decir, un buen diagnóstico y destilación
de medidas de acción.