Avances continuos en la
tecnología Fotovoltaica están aportando una sostenida reducción de costes y al
mismo tiempo un incremento de la eficiencia de las placas solares. Sin embargo,
en el ámbito doméstico un tema crucial es la regulación del llamado autoconsumo a Balance Neto. A simple
vista la idea es bien sencilla: Si tengo en mi edificio una instalación
fotovoltaica que puntualmente genera más electricidad de la que puedo consumir
de forma instantánea, puedo volcar el exceso de energía a la red eléctrica de
manera que puedo utilizar esta electricidad cuando mi instalación no produzca. La
electricidad que consumo de la red hasta que alcance los KWatios de exceso que
he suministrado me sale ‘gratis’, pagando lógicamente unos costes por el uso de
red y el peaje de utilización diferida.
Este tipo de modelos de
autoconsumo, me hace inmediatamente pensar en la ‘Democratización de la
Energía’ que promueve la obra de Rifkin La Tercera Revolución Industrial, sobre
la que escribí este post hace un tiempo.
Energía más limpia, más barata,
dinamización de un sector con potencial, creación de puestos de trabajo,
desarrollo de nuevos modelos y nuevas industrias…No puede ser tan fácil.
Efectivamente, nunca lo es. La
aprobación del real decreto que debe regular el consumo eléctrico FV a Balance
Neto sigue demorándose. Se conocen los aspectos fundamentales de este real
decreto, que regula el modelo, pero no
se concretan cuantitativamente los costes del servicio de balance neto, ni del
coste de la energía consumida cuando esta es superior a la suministrada en el
período de balance (1 año en el borrador), entre otros detalles. Este es un
aspecto determinante para que este modelo se extienda, esto es, para que la
inversión inicial de la instalación resulte atractiva y económicamente viable
para el consumidor.
El desarrollo de un modelo de
producción, uso y distribución de energía con gran potencial que se extiende ya
con fuerza en otros países de la unión europea-y con mucho menos sol que en
España- se enfrenta con algunos detalles ‘menores’ como los intereses del
oligopolio energético actual, los lobbys de poder de las grandes compañías
eléctricas, el déficit de tarifa eléctrica y las grandes inversiones realizadas
por estas compañías en centrales de ciclo combinado, que hoy por hoy están
funcionando muy por debajo de su capacidad nominal.
Los gobiernos deben adoptar las
mejores decisiones para el bien común, la sostenibilidad a largo plazo y
avanzar en independencia energética. Y las grandes empresas energéticas pensar también
en clave de futuro y comenzar a replantear sus modelos de negocio.
Les deseo máxima inspiración y
sentido de estado…
No hay comentarios:
Publicar un comentario