Situaciones absurdas como la de
un peatón que trata de que su móvil (cuyo GPS se ha colgado, o no responde
adecuadamente) le oriente sobre una determinada localización cuando la tiene
delante o cuando puede preguntar directamente a otro peatón, se trasladarán muy
pronto a los espacios interiores. Yo mismo me encontré hace poco en esta
situación en la que acabas preocupándote más por que tu móvil funcione que por encontrar
el sitio en cuestión.
Sin embargo, es obvio que el
perfeccionamiento y generalización de la tecnología de posicionamiento en
interiores (IPS) abre un nuevo abanico potencial interesantísimo de servicios a
usuarios y por tanto de oportunidades de negocio, por lo que tanto las grandes
compañías como Google, Apple, Fujitsu, Samsung y un largo etcétera, como
diversas start-up’s, están acelerando sus inversiones y patentes en este
sentido. Por poner un ejemplo Apple adquirió recientemente la start-up de
Silicon Valley (WiFiSlam) por unos 20 millones de dólares.
Existen diversas tecnologías y
aproximaciones al problema de ‘determinar la posición de un usuario o elemento
móvil en un espacio interior con una precisión dada’ pero que pueden
simplificarse en dos familias: Los métodos de triangulación de señal y los
métodos heurísticos orientados a reconocer el patrón de un determinado campo
electromagnético en un punto dado. Recordemos que el GPS no funciona
aceptablemente en interiores…
En los primeros se determina la
posición mediante triangulación de la señal de al menos tres estaciones wifi,
Bluetooth o similar, bien sea midiendo la intensidad de la señal, o midiendo el
tiempo de retardo de los paquetes de datos. Dado que las posiciones de los
routers son conocidas, es posible determinar, por triangulación, la posición
del dispositivo.
En los segundos, se analiza y
almacena previamente el patrón de un
determinado campo electromagnético en cada punto del espacio que se quiere
cubrir. Posteriormente dicho patrón se compara con el que recibe el receptor en
cada momento dado, permitiendo determinar la posición. Lógicamente este método
requiere de un trabajo de campo previo para medir el patrón.
Especialmente notable es el
método que desarrollaron unos finlandeses (www.indooratlas.com)
tras descubrir que campo magnético terrestre en el interior de edificios, al
verse afectado por su estructura metálica, produce unos patrones únicos que
pueden almacenarse y utilizarse para determinar la posición.
Puede parecer simple pero nada
más lejos de la realidad. La auténtica batalla está (aparte de la tecnología
hardware en si) en como se combinan diferentes técnicas y que algoritmos de
comparación se utilizan para determinar la posición con el mínimo error, con un
coste computacional aceptable y utilizando infraestructuras de red y
comunicación ya existentes o con un requerimiento de inversión reducido.
El trajín de patentes en este
ámbito bulle… y la de empresas pensando en como aplicar la tecnología, también.
No va a faltar animación en este segmento en los próximos meses.
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