jueves, 27 de junio de 2013

Pero ¿hay credito si o no?

Hace algunos días asistí a una ponencia en la que participaban los directores de riesgos de las principales entidades financieras españolas (Popular, Sabadell, CaixaBank, Santander, BBVA y Bankia). Por su papel relevante en los aspectos relacionados con la disponibilidad de crédito era del máximo interés oír lo que nos tenían que decir.
 
(La imagen es de TICPymes.es)
 
La pregunta con la que el profesor de Control y Dirección Financiera de esade-Jordi Fabregat- abrió el debate levantaba expectativas. ¿Porqué no hay crédito?. Tras la primera ronda de intervenciones de los ponentes, la respuesta resultaba un tanto decepcionante. Estos situaron en el lado de la demanda gran parte de los problemas en el volumen de créditos concedidos, cosa que al menos cualitativamente no concuerda con la percepción general de la opinión pública.


Sin embargo, en intervenciones posteriores se fueron añadiendo matices, que como en una peli de final abierto, suscitaba respecto a la pregunta en cuestión, conclusiones dispares en los que asistimos. La mía fue que tanto en la oferta como en la demanda existe una clara contracción de volumen, pero que además se produce un desajuste en las condiciones oferta-demanda (precios y niveles de riesgo) que reduce los volúmenes de operaciones suscritas aún por debajo del volumen potencial.


Ambos factores combinados 1) Reducción de volumen potencial tanto en oferta como demanda y 2) Desajuste en las condiciones de cruce oferta-demanda, son a mi entender la causa.

 
Por el lado de la demanda, la baja actividad económica hace que las empresas estén más por explorar cual es el suelo de sus niveles de ventas (y por tanto de reducir sus costes) que plantearse nuevas inversiones, lo que afecta al volumen de demanda de financiación a medio-largo plazo. Mientras,  la financiación a corto (especialmente circulantes) se ve afectada por el desajuste en el cruce riesgo-precio. El riesgo sistémico provocado por la caída de la actividad económica en general, elevan los precios a los que las entidades están dispuestas a conceder línea de crédito.
 

Por el lado de la oferta, la situación del propio sector financiero reduce el volumen potencial al encarecerse el coste estructural del crédito, es decir, cada vez estas necesitan más capital (por los aspectos regulatorios) y además este capital tiene un coste mayor, repercutiendo directamente en los precios, a los que hay que incorporar las primas por el incremento del riesgo sistémico.


Las soluciones pueden y deben venir en ambas componentes. La reducción del riesgo país y la relajación de la prima de riesgo y en general la propia financiación de las EF’s deberían permitir mejorar los costes estructurales y trasladar dichas mejoras al mercado. Igualmente la supervisión única europea debería ser positiva para nuestras entidades ya que partirían de una mejor situación competitiva (o bien se reducen las exigencias de capital a nuestras EF’s o se incrementan las de nuestros competidores europeos).

 
Por el lado de la demanda, tanto los estímulos a la economía como la financiación alternativa como los fondos europeos o las líneas ICO (que no están sujetas a los mismos costes estructurales) deberían poner en valor el supuesto y renovado potencial de crecimiento de nuestra economía.


Al menos, los aspectos esenciales: Estímulos a la economía, financiación y supervisión única, son los temas en los que nuestros representantes políticos parecen haber acordado una posición única para defender en Europa.