miércoles, 20 de febrero de 2013

Nuevos materiales, la nueva alquimia.


Sin duda, la actividad que se está desarrollando alrededor de los llamados nuevos materiales, es uno de los ámbitos que centran actualmente la atención de investigadores, empresas e inversores.

En realidad, los humanos siempre hemos sentido fascinación por el descubrimiento o la invención de nuevos compuestos y de una manera más cercana por sus aplicaciones. Sin embargo quedan lejos los días en los que estos materiales se descubrían o sintetizaban por mera casualidad, en los restos de una hoguera, en el horno de los primeros alfareros, o en los hornos de las primeras industrias que utilizaban combustibles fósiles para producir metal.

Actualmente nuestros conocimientos de química, física y estructura molecular, nos permiten enlazar las propiedades externas de un material con su química y estructura. Esto permite proponer diseños de nuevos materiales a partir de sus propiedades deseadas, como punto de partida de la experimentación. Más reciente aún es la exploración de materiales y propiedades a partir de su comportamiento a muy pequeña escala, lo que conocemos por nanotecnología, siendo el carbono uno de los elementos estrella. Palabras como nanotubo, grafeno o nanobots  aunque muy recientes son conocidas ya por buena parte de la sociedad.

El potencial social y económico de muchos materiales y aplicaciones que ya se postulan (y quizás más aún, las que no podemos ni siquiera visualizar) es enorme. Retos actuales como hacer durar más nuestras baterías, recargarlas más rápido, mejorar la eficiencia de la industria fotovoltaica, la nano cirugía y tantos otros son ya foco de diferentes proyectos. Algunos en sus inicios, otros que persiguen hacer viable o mejorar la producción industrial de los mismos.

Desde el punto de vista económico, es obvio que los nuevos materiales van a modificar drásticamente industrias existentes y originarán nuevas, en las que las oportunidades de negocio se presentaran en todos los estadios de la cadena de suministro, desde el aprovisionamiento y producción, su almacenamiento, transporte, transformación y ensamblaje.

Para acabar haré mención al grafeno que ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación masivos y especializados. En realidad, actualmente la limitación de su aplicación práctica radica en su producción y acoplamiento en un sustrato, pero me ha parecido interesante este proyecto de la UPC y Samsung de desarrollo de microantenas basadas en grafeno para la transmisión inalámbrica a alta velocidad (frecuencias de emisión en orden de Terahercios) y muy pequeña escala (centímetros) , por ejemplo entre un procesador y una placa de memoria http://blog.materfad.com/2013/02/upc-samsung-microantenas-grafeno/

La eliminación de conexiones físicas (el famoso bus) en los dispositivos computacionales permitirá nuevos planteamientos en la arquitectura interna de ordenadores y nuevas formas de entenderlos y aplicarlos.

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