Sin duda, la actividad que se
está desarrollando alrededor de los llamados nuevos materiales, es uno de los
ámbitos que centran actualmente la atención de investigadores, empresas e
inversores.
En realidad, los humanos siempre
hemos sentido fascinación por el descubrimiento o la invención de nuevos
compuestos y de una manera más cercana por sus aplicaciones. Sin embargo quedan
lejos los días en los que estos materiales se descubrían o sintetizaban por
mera casualidad, en los restos de una hoguera, en el horno de los primeros
alfareros, o en los hornos de las primeras industrias que utilizaban
combustibles fósiles para producir metal.
Actualmente nuestros
conocimientos de química, física y estructura molecular, nos permiten enlazar
las propiedades externas de un material con su química y estructura. Esto
permite proponer diseños de nuevos materiales a partir de sus propiedades
deseadas, como punto de partida de la experimentación. Más reciente aún es la
exploración de materiales y propiedades a partir de su comportamiento a muy
pequeña escala, lo que conocemos por nanotecnología, siendo el carbono uno de
los elementos estrella. Palabras como nanotubo, grafeno o nanobots aunque muy recientes son conocidas ya por buena
parte de la sociedad.
El potencial social y económico
de muchos materiales y aplicaciones que ya se postulan (y quizás más aún, las
que no podemos ni siquiera visualizar) es enorme. Retos actuales como hacer
durar más nuestras baterías, recargarlas más rápido, mejorar la eficiencia de
la industria fotovoltaica, la nano cirugía y tantos otros son ya foco de
diferentes proyectos. Algunos en sus inicios, otros que persiguen hacer viable
o mejorar la producción industrial de los mismos.
Desde el punto de vista
económico, es obvio que los nuevos materiales van a modificar drásticamente
industrias existentes y originarán nuevas, en las que las oportunidades de
negocio se presentaran en todos los estadios de la cadena de suministro, desde
el aprovisionamiento y producción, su almacenamiento, transporte,
transformación y ensamblaje.
Para acabar haré mención al
grafeno que ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación
masivos y especializados. En realidad, actualmente la limitación de su
aplicación práctica radica en su producción y acoplamiento en un sustrato, pero
me ha parecido interesante este proyecto de la UPC y Samsung de desarrollo de
microantenas basadas en grafeno para la transmisión inalámbrica a alta
velocidad (frecuencias de emisión en orden de Terahercios) y muy pequeña escala
(centímetros) , por ejemplo entre un procesador y una placa de memoria http://blog.materfad.com/2013/02/upc-samsung-microantenas-grafeno/
La eliminación de conexiones
físicas (el famoso bus) en los dispositivos computacionales permitirá nuevos
planteamientos en la arquitectura interna de ordenadores y nuevas formas de
entenderlos y aplicarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario